Nollywood es más que una industria de largometrajes; es la manifestación
de toda una maquinaria social y política que ha sostenido gran parte de su
cultura alrededor de la realización audiovisual, haciéndose de herramientas y
formatos importados para hacer una conexión con su identidad y convertirla en
un producto de exportación.
Según un estudio de la UNESCO Institute Statistics (UIS), en el 2006 Nigeria
ocupaba el segundo lugar en el mundo en producir largometrajes con una cantidad
de 872 películas, es decir, cada semana se estrenaban un aproximado de 16
películas. Este dato asombra más frente a las 485 películas producidas en
Estados Unidos de Norteamérica y frente a 417 producidas en Japón. Sólo
Bollywood superaba a todos con 1091 entregas. Según el portal Wikipedia, en la
actualidad Nollywood produce más de MIL trabajos al año.
Tras revisar la web de la cadena de multisalas Silverbird Cinemas, donde semanalmente se refresca la cartelera con
el estreno de 1 o 2 películas nigerianas, además de los títulos internacionales,
así como la lista de promociones que tienen día a día, fue cuando cuadré la
dinámica logística, social, artística, y comercial de esta gran industria que
ofrece más de un millón de puestos de trabajo en un país con el 50% de
desempleo.
Del blanco al negro.-
Nigeria no es ajena a una filmología nacional. Su tradición audiovisual
inicia con su EDAD COLONIAL a
finales del siglo XIX con la llegada del kinetoscopio, el cual es rápidamente sustituido
por sistemas de proyección masiva con la presencia de cines móviles y la apertura
de varios “teatro-cinema” donde, además de grupos de teatro locales, se
presentaban noticias, westerns “gringos” y trabajos de corte documental y
educativo producidos por los colonos británicos, en quienes recayó la
representatividad de la identidad nigeriana produciendo trabajos de temas
políticos, moralistas o religiosos con el objetivo de distribuir los ideales
británicos de la época al mismo tiempo que enseña sobre salud, educación, entre
otros.
El primer largometraje de ficción nigeriano fue dirigido por un ex
soldado activo entre las dos guerras de nombre Geoffrey Barkas. Palaver, de 1926, narra el conflicto que
se genera entre un oficial y un minero de estaño, con un ligero fondo social y
con la participación de actores nigerianos: Dawiya, Rey del Sura, y Yilkuba, el
Doctor Brujo.
Sin embargo tanto las regalías, como los derechos de autor y el sistema
de exhibición estaban en manos de los colonos, quienes para protegerse fundaron
en 1939 la Colonia Film Unit (CFU), contratacada luego por Nigerian Film Unit
(NFU) en 1949, establecida para descentralizar la industria. Para ello se reorganizó
el sector en unidades regionales, proporcionándole a cada un equipo y unidad de
producción, películas nacionales para la audiencia local y registros de eventos
significativos, con lo que podían producir y espectar. Asimismo se reorganizaron los cines móviles lo que
consiguió que para 1954, millones de personas pudieran ver cine nigeriano en
sus pueblos, villas, distritos, escuelas, colegios, etc. A esto se suma el
aporte de películas para ser proyectadas gratuitamente en las más de 40 salas
durante esos años (fuente).
Los 50s, y eventualmente los 60s, fue un período de formación de
públicos acompañada por una iniciativa de “africanización” que buscaba
principalmente la organización del sector distributivo y de exhibición de los
trabajos documentales y de ficción realizados por los colonos en años
anteriores, como los trabajos de William Sellers y el legado de la CFU. Es en
este período donde se activa también una EDAD
DORADA que se acentúa con la independencia de Nigeria en 1960 y abre
ampliamente el mercado cinematográfico lo que conllevó a la nacionalización de
mercados, instituciones, procesos. Es así como la producción y gestión empezó a
contar con más participación local, con lo que nació la primera ola de cine nigeriano por negros nigerianos. Esta primera
ola contó con la participación de actores reconocidos por su trayectoria escénica
teatral como Hubert Ogunde, Ola
Balogun, Moisés Olaiya, entre otros.
El decreto de indigenización
de 1972, impuesto por Yakubu Gowon, preocupado por la fuerte influencia
extranjera en niños y jóvenes que los llevaba a conocer más de “las
dificultades de los ‘indios americanos’ que sobre el grupo cultural Mbari Mbayo de Wole Soyinka o sobre la historia sociocultural de Nigeria", impulsó
más aun la nacionalización del cine nigeriano al expropiar de empresarios privados
un promedio de 300 salas de cine alrededor del país transferidas al pueblo
nigeriano para el entretenimiento, a través de las cuales se proyectaba también
el cine de la NUEVA OLA la cual
adquirió más fuerza con el boom petrolero en 1973. Este boom, que duró hasta
1978, trajo consigo un incremento de la producción y la aparición de
guionistas, productores y actores
preocupados por adaptar al cine grandes obras de teatro así como la literatura
popular nigeriana. Uno de los personajes más representativos fue Hubert
Ogunde, principalmente porque promovió el idioma,
las artes y la cultura indígena nigeriana a través de sus obras.
TV y el home video.-
Algunos factores que atribuyeron el declive de la edad dorada del cine
nigeriano incluyen el desboom
petrolero de 1978, la reducción en el valor del Naira, la falta de incentivos
estatales, poco manejo de marketing, la falta de estudios de cine,
frecuentes programas de ajuste debido
a las dictaduras militares. Más, uno de los factores significativos, y que
transformó el modelo de producción audiovisual nigeriano, fue el boom de la
televisión y el home video.
En Nigeria, la Tv llegó a finales de los 50s, pero fue en los 70s, tras
el decreto de indigenización, cuando
estas tienen un crecimiento fortissimo
en su producción, al obligar la transmisión de un mínimo de 60% de contenidos
de programación local en todas las estaciones de tv y radio. Se suma a este
incremento televisivo el poder adquisitivo que los nigerianos empezaron a
percibir tras el boom petrolero, lo que permitió que cada hogar del centro de
Lagos, así como de otras ciudades importantes, tuviera mínimo 1 televisor y 1
reproductor de VHS. Este fue el principio del decline cinematográfico. A
mediados de los 80s cada estado de Nigeria contaba con su estación de
televisión mientras que las salas de cine cerraban progresivamente para ser
convertidas en iglesias.
Este cambio de plataformas generó una diáspora cultural donde los
directores y productores se trasladaron del cine al formato televisivo, y con
ello el formato teatral volvió a tomar fuerza pero con una propuesta de
tele-teatro, al que se sumaron otros formatos televisivos como el tele filme y
las tele novelas, las cuales eran adaptaciones de obras literarias populares.
Esta transición cultural más el declive del cine nigeriano, obligaron también a
buscar otras formas de exhibición y comercialización, y fue en 1980, con la
película de terror Evil Encounter, de
Jimi Odumosu, que el mercado pirata nigeriano encontró qué tan lucrativo puede
ser la venta de copias de programas televisados. La película fue fuertemente
promocionada antes de ser transmitida, y como resultado se convirtió
inmediatamente en un éxito en el mercado de Alaba, un distrito comercial que
más tarde se convertiría en el centro de la piratería audiovisual en Nigeria.
Evil Encounter fue la vuelta de tuerca para que producciones
posteriores como Soso Meji, de 1988
y producida por Ade Ajiboye, o la película Ekun, de 1989 y producida por
Alade Aromire, sean pensadas y registradas en formato de video para ser
transmitidas por televisión y luego ser exhibidas en las pocas salas comerciales
que quedaban. Sin embargo, se cree que este boom de producción y venta pirata
de video se inició con Living in Bondage,
de 1992, producida por Kenneth Nnebue, quien muy astutamente había aprovechado
los cientos de casetes de VHS de importación que él vendía para agregarles una
película para gusto del público. Es decir, su producto era el casete; la
película, su regalo. Es desde este punto que los medios reconocen la existencia
de NOLLYWOOD, aunque su nacimiento
empieza con la película de Jimi Odumosu.
Cantidad, calidad, economía.-
Según un artículo de The Economist
del 2010, hasta el 2004 se producían en Nigeria entre 4 y 5 películas por día.
Según el Filmmakers Cooperative of Nigeria, cada película tiene una
potencial audiencia de 20 millones de personas; 15 millones por consumo
nacional y el resto por audiencia internacional. Según un estudio de Ikechukwu
Obiaya para el 2007 se contaban con más de 6000 salas de exhibición registradas
y otras 500.000 ilegales generando un ingreso de $5 millones por semana, unos
$209 millones al año. Si a ello se suma la venta diaria de 700.000 discos
piratas, más las tasas por derechos de transmisión, se puede hablar
tranquilamente de una práctica que genera al país más de 3000 millones de
dólares norteamericanos percibidos en el 2007.
A pesar de los prometedores augurios del estreno en salas de casi 200
películas nigerianas por mes, el 2008 no fue un buen año para su cine. La
sobreproducción de películas reveló las falencias que trajo consigo la
contratación de una mano de obra sin capacitación ni conocimiento del lenguaje
cinematográfico o audiovisual, lo que conllevó a una industria “sin visión”. Los problemas de producción se extendían
hasta los rodajes, donde los guiones se improvisaban en el momento o en algunas
ocasiones en los que los actores se encontraban usando su ropa y su maquillaje
para los personajes. Lancelot Oduwa, director de más de 150 películas
registradas en 20 años de carrera, “las películas ahora podrían filmarse en cuatro días”,
por su lado decía amargamente el cineasta Mahmood Ali-Balogun, "cualquiera puede ser un cineasta en el Nollywood de
hoy". Frente a ellos, Chico Ejiro, con más
de 80 películas en 5 años, constantemente se jactaba de que podría completar la
producción de una película en tan solo tres días.
Financiamiento, Estado, New Nollywood.-
Nollywood, desde su inicio en 1980, fue financiado principal, y casi
únicamente, por el mismo sector comerciante informal de Alaba y comerciantes
similares. Cuando Kenneth Nnebue producía
Living in Bondage en 1992, su objetivo no era otro que ofrecer un regalo
con las cintas de VHS que vendía en ese entonces, y este enganche resultó en
una película que asentaría las intenciones comerciales de este tipo de
películas.
Desmond Akudinobi montó un pequeño puesto comerciante en 1999. Hasta el 2005
había recaudado $ 20,000 para financiar su primera película de nombre Sin disculpas y ganó ingresos con la
misma. Desde entonces, ha producido 10 películas más. Cada año o medio año
compra un guion de uno de los muchos escritores itinerantes que andan por ahí, contrata
a un productor, un equipo, y se pone a rodar. Luego, se imprime la película en
DVD’s que van a parar a su estantería o sirven de producto de exportación. El cartel de Alaba, el mercado ilegal y
popular en Lagos en venta de productos electrónicos, controlaba hasta el 2008
el 90% de las participaciones en una película nigeriana. Sin embargo, desde el
declive en la calidad de sus producciones, los mercaderes empezaron a apuntar
sus presupuestos a otros tipos de comercios no audiovisuales.
El cine nigeriano pudo haber pasado por una nueva crisis, de no haber
sido por la participación conjunta del gobierno nigeriano y Ecobank que
gestionaron en el 2006 el “Proyecto Nollywood”, el cual proporcionó un
aproximado de 780.000 dólares norteamericanos a diferentes nigerianos para
producir películas en mayor calidad. En el 2010, el gobierno de Goodluck
Jonathan lanza un fondo por $200 millones para todo el sector nigeriano de
artes creativas y entretenimiento en el que participaban el Bank of Industry
(BOI), junto con Nigeria Export and Import (NEXIM) Banco. La gran diferencia
que se planteó en este financiamiento, dentro de la concesión para la industria
de cine, es la de ayudar a los cineastas a capacitarse, además de crear
infraestructura necesaria para la manifestación de esa industria. En el 2013
nuevamente se lanza un fondo por 20 millones USD sólo para Nollywood y la
producción de películas de buena calidad, además de patrocinar a cineastas para
que estos capaciten a otros en escuelas de cine. En el 2015, el Bank of Industry
lanza nuevamente un “NollyFund”, pero esta vez, su forma de auspicio cambia de
fondo de fomento a préstamos económicos con lo que las productoras empiezan a
medir su inversión.
La mejora de la calidad, respetar los tiempos y valores de la
producción, formalizar los métodos de distribución, cuidar la dirección de
actores, guiones con temas más prácticos y cosmopolitas, fue el resultado de
todas estas iniciativas reflejados en el 2013 cuando el NEW NOLLYWOOD alcanzó un récord de ingresos por US $ 11 mil
millones. Para el 2014, la industria valía US $ 5.1 mil millones,
convirtiéndola en la tercera industria cinematográfica más valiosa del mundo,
contribuyendo aproximadamente el 1.4% a la economía de Nigeria.
Salas de cine y La Academia.-
Nigeria no es ajena a la espectación
de cine desde el origen del mismo. Desde sus inicios se contaban con algunos
kinetoscopios los cuales fueron rápidamente sustituidos por pequeños teatros y
luego, por aporte de la colonia, con unidades de cine móviles. En los 70s,
aunque tardío, se construyeron los primeros cines para más de 500 personas, los
cuales murieron rápidamente entrando los 80s.
Sin embargo, ya en el siglo XXI, uno de los factores importantes en el
cambio de la informalidad productiva de películas a un nivel de calidad y
cinematográfico, se da con la aparición de El Grupo Silverbird y su propuesta
de salas de cine modernas y equipadas con formatos digitales de proyección y
audio. Por supuesto, se trataba de salas de cine instaladas en centros
comerciales o malls construidos
inicialmente en barrios prósperos, apuntando así a las clases medias y altas,
que, por sus exigencias, pedían un mayor nivel. Es así como el Silverbird
Galleria proyecta en el 2006 la película Irapada,
de Kunle Afolayan, un thriller sobrenatural con tintes sociales que tuvo un
rotundo éxito en la audiencia nigeriana. Con el éxito de las salas de
Silverbird Galleria aparecieron otros grupos económicos que instalaron otras
salas, sin embargo fue en el 2010 cuando aparece FilmHouse con una propuesta de
salas para barrios menos acomodados.
Resultados posteriores a la película de Afolayan se repitieron luego en
el 2009 con The Figurine, del mismo
director quien vuelve a manejarse en el thriller sobrenatural con una historia
que cuestiona la fortuna de los hombres y su verdadera lucha en la vida. El
éxito comercial que supera a The Figurine
se da con la película Ijé, de Chineze
Anyaene estrenada en el 2010, para, a su vez, ser superada en el 2014 por la
película Half of a Yellow Sun, de
Biyi Bandele.
Cabe destacar el valor agregado que tienen estas salas comerciales y su oferta
promocional. Las salas Silverbird tienen una política de apoyo al cine nacional
por lo que le dan gran presencia de este en sus salas con no menos de 8
películas nigerianas en cartelera, considerando que cada semana entran 3 a 5
nuevas. Además tienen promociones para su fácil acceso a las salas. Por
ejemplo, los lunes el valor de una entrada, para adultos o niños, es de ₦1000 (MIL
nairas) con popcorn y cola incluidos, en dólares serían unos $2.50. Los martes
y jueves, los adultos pagan ₦500 más, pero tienen popcorn gratuito. Las salas,
sabiendo que el cine hindú es una fuerte competencia, imponen una tarifa única
de casi $7 (₦ 2500) al cine de India.
Todas estas películas tienen una fuente de legitimidad cinematográfica
que evalúa su calidad y contenido, la cual se da desde el 2005 con la
celebración del primer Africa Movie Awards, organizado por la academia de cine
africano que busca honrar y promover la excelencia en la industria
cinematográfica africana, así como a unir el continente africano a través del
arte y la cultura, convirtiéndose con el tiempo en el certamen más importante y
el premio más prestigioso de África. Dentro de sus categorías, el certamen
escoge a lo mejor en actuación, guión, cinematografía, efectos especiales,
director, producción, etc. Lo sobresaliente de este certamen son ciertas
categorías que reconocen la memoria o la lucha, como el Premio a la Mejor
Película sobre Migración (Best Diaspora Feature), tanto para ficción como para
documental y abierto a todo el mundo, o el Premio a Mejor película para el
Empoderamiento de las Mujeres.
Un ejemplo.-
El cine nigeriano es un ejemplo de evolución del cine de su estado
primitivo e informal a uno institucional y legal que garantiza cierta calidad
en sus películas y permite al estado el fomentar la identidad africana y
nigeriana, permite al sector audiovisual ser más profesional, permite un
circuito integrado de distribución de contenidos, permite la exportación de
esos contenidos al extranjero, y, entre otros, permite que el cine sea
industria y pueda convertirse en sostén económico de la región. New Nollywood
hace cine africano para el mundo.
El punto que hay que notar es que el cuerpo cinematográfico no se puede
entender con sus piezas separadas o inidentificadas. En Ecuador se ha querido
hablar de industria de cine pero se nos pasan factores tan elementales como la
memoria audiovisual íntimamente conectada con una audiencia que no se ha sabido
cultivar ni educar con modelos coherentes y didácticos de apreciación y
análisis audiovisual. Se ha querido hablar de industria, pero las salas o
espacios de espectación imponen
tarifas o condiciones que poco o nada benefician a los productores. Se ha
querido hablar de industria, pero aún existen argollas que controlan las
coyunturas del sector y que protegen esa visión idílica de un cine
contemplativo, identitario y ‘purista’, sin ellos comprender mucho de lenguaje
o género cinematográfico. Se quiere hablar de industria, pero no se ha
trabajado en políticas públicas para la protección de sus técnicos ni en
modelos de coproducción. Se quiere hablar de industria, pero aún se desconocen
o ni se consideran las varias expresiones audiovisuales que hay en sus
provincias. Se quiere hablar de industria, pero sus escuelas siguen pariendo
alumnos que necesitan especializarse en el exterior para sobresalir. Y si
seguimos así, seguiremos queriendo y queriendo. Voluntades hay muchas, pero
hasta que no se congenie una visión integral del cine y el audiovisual
ecuatoriano, se seguirán dando disparos al aire con suerte de tiro al blanco.
Bibliografía.-
·
https://en.wikipedia.org/wiki/Cinema_of_Nigeria
·
http://www.colonialfilm.org.uk/production-company/nigerian-film-unit
·
Ikechukwu Obiaya, The Blossoming of the Nigerian Video Film Industry,
http://www.academia.edu/4731908/The_Blossoming_of_the_Nigerian_Video_Film_Industry
·
Michael Chima Ekenyerengozi, 2014,
http://www.indiewire.com/2014/05/recognizing-nigerias-earliest-movie-stars-dawiya-king-of-the-sura-and-yilkuba-the-witch-doctor-235779/
·
http://web.ccsu.edu/afstudy/upd11-2.html
·
http://america.aljazeera.com/multimedia/2014/12/nollywood-nigeriaregroups.html
·
Oladipo O. Olubomehin, CINEMA BUSINESS IN LAGOS-NIGERIA SINCE 1903, ISSN
2225-0964 (Online), 2012,
http://www.iiste.org/Journals/index.php/HRL/article/viewFile/2487/2509
·
http://www.unesco.org/new/en/media-services/single-view/news/nollywood_rivals_bollywood_in_filmvideo_production/
·
Africa Update, Vol. XI, Issue 2, 2004, http://web.ccsu.edu/afstudy/upd11-2.html
·
https://en.wikipedia.org/wiki/Africa_Movie_Academy_Awards
·
http://www.nytimes.com/2012/02/26/magazine/nollywood-movies.html?pagewanted=all&_r=0
·
http://www.janethorburn.co.uk/nollywood2DoingItRight.html#pixsmall48adfc
·
http://silverbirdcinemas.com
Comments